La noche me dijo: ya no hay amor, mire a la luna
con la esperanza de que fuera un error, y no,
me mostró un corazón menguante,
que se oculta y muere con el sol…
Y no te culpo amor, pues el destino decidió y
la fuerza de “nunca sueltes ésta mano” murió,
ni sueños, ni labios quedaron, todo se fugo...
tan solo nos queda el recuerdo de un dulce amor...
Somos lo que fue y fuimos lo que ya no es, perdón.
19.1.09
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