Mi espalda en la cama y el techo un reflejo de estrellas, decidida a soñar tome a la luna de cojín y me encontré en aquel jardín amado por mi. Las nubes pintaban el escenario perfecto, mire al cielo con la duda de una lluvia, la esperaba y la espera no fue larga, ahi estaba mi cara mojada, el olor a cantera húmeda, la risa de los niños, fotografías perfectas mis pupilas capturaban y a lo lejos una trova que venia de una alcoba me recordaban los brazos de mi madre, sus ojos serenos, creando su paz...
Oprimo mi pecho para almacenar momentos de ensueños para después jugar con la realidad.
Oprimo mi pecho para almacenar momentos de ensueños para después jugar con la realidad.
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